Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), si el mundo no actúa ahora, más del 90 % de los suelos de la tierra podrían degradarse para el año 2050, poniendo en serio riesgo la seguridad alimentaria de millones de personas.
Dado que el 95 % de los alimentos que el mundo consume proviene del suelo, es imperativo detener su erosión.